
Imagen desgastada de San Froilán en el santuario de la Virgen del Camino
Nace en la ciudad de Lugo, en el año 833, y lleva vida de estudiante hasta que aproximadamente a los 18 años, se prepara para el sacerdocio . Su vida espiritual entra en crisis y se hace ermitaño, retirándose según parece a una gruta de Ruitelán en Vega de Valcarce, El Bierzo (ahora ermita). Mientras tanto, estallan las revueltas mozárabes en la España musulmana. Nos cuenta su biógrafo, con la ingenuidad de nuestros cantares de gesta y, sin duda, imitando los inicios de la predicación de IsaÃas, que al joven eremita le acuciaba la duda de si debÃa permanecer por más tiempo en aquellas soledades.Para liberarse de la soledad se sometió a una prueba de fuego.
Froilán introdujo unas brasas encendidas en su boca. El fuego no le causó la más mÃnima quemadura. Dios habÃa hablado. De los montes se lanzó a los poblados a propagar entre los hombres otro fuego que le ardÃa dentro.
A lo largo de los años, conoce al sacerdotemozárabe de Tarazona, Atilano, con el cual emprenderá una vida monacal y de reforma de la vida eremÃtica. Se retiran a lo más quebrado de las montañas leonesas, el monte Curueño, donde se da otro acto milagroso. Mientras estaba constuyendo su ermita con la ayuda de una mula en la Valdorria, un lobo le come el animal. Froilán apela al santÃsimo y el lobo inmediatamente se amansa y con las alforjas le ayuda en la terminación de dicha ermita. Los pueblos en masa le seguÃan a su celda solitaria. Con las muchedumbres iban magnates y obispos que anhelaban oÃr su palabra. Entre sus oyentes se despertaron numerosos seguidores cautivados por sus ejemplos. Ante los ruegos insistentes se ve forzado a bajar a la ciudad de Veseo. Allà erige su primer monasterio, que llenará pronto con 300 monjes. Es el comienzo de una nueva etapa: fundador de cenobios.
En el año 900 es nombrado obispo de León. Cinco años después muere en León, el 5 de octubre, y es enterrado en la Catedral de León o antigua iglesia de Santa MarÃa, en un suntuoso sepulcro construido para sà por Alfonso III.