La llegada de las tropas de Napoleón en 1809 a León trajo consigo la destrucción, el robo, la rapiña. Los franceses transformaron la iglesia de San Isidoro en almacén y el Panteón Real en caballerizas. Usaron los sepulcros como abrevaderos y pesebres para los caballos y para ello sacaron los restos que habÃa dentro y los amontonaron en un rincón. Viendo esta tremenda profanación, los canónigos de la colegiata se las ingeniaron para rescatarlos, llevándolos a la iglesia de Santa Marina. Todos excepto la momia de Doña Sancha, a la que trasladaron a una casa particular, quizá con el ánimo de que estuviera más protegida.
http://elleoncurioso.blogspot.com/2009/07/la-momia-desnuda.html